Abraza tu respiración
El mindfulness está ligado a la respiración consciente. Practicar la respiración consciente es abrirnos a un tesoro de serenidad y equilibrio que se expande por nuestra mente y nuestro cuerpo. Inspirar y espirar es un proceso automático que realizamos al margen de nuestra voluntad. El primer paso para acceder a la inagotable fuente de la atención plena consiste en atender de manera intencionada al proceso de la respiración.
La atención a la respiración es un fin en sí mismo, pero también un aprendizaje para acceder a una atención refinada a todo cuanto acontece, no solo en la realidad en la que estamos inmersos, sino también en nuestro propio proceso mental. Nuestra respiración, volcada en el aquí y el ahora.
Práctica de la respiración consciente
Se recomienda realizar este ejercicio un par de veces al día durante 10 o 15 minutos.Toma asiento en un lugar cómodo, silencioso e iluminado. Es preferible que la espalda esté recta y se mantenga una posición erguida para evitar dormirnos. Explora tus sensaciones corporales: el tacto del respaldo del asiento o la sensación de los pies en contacto con el suelo. Respira normalmente y centra tu atención en cada uno de los movimientos de tu cuerpo al inhalar y exhalar, especialmente en el pecho y el abdomen. Reduce lentamente el ritmo de tu respiración. Inspira mientras cuentas hasta cinco. Retén el aire mientras cuentas hasta dos. Espira mientras cuentas hasta cinco. Percibe cómo la sensación de relajación se extiende por todo tu cuerpo. Recupera el ritmo normal de la respiración y observa, ahora, los movimientos del pecho y el abdomen. Observa también, tu estado mental…